Spurgeon dio una breve serie de conferencias a los estudiantes de su curso pastoral, indicando a los mismos que "el ganar almas es la ocupación principal del ministro cristiano; y, por cierto, debiera ser la de todo verdadero creyente". Esta serie de conferencias ocupan los primeros seis capítulos de este libro. Le siguen cuatro charlas ofrecidas a los maestros de escuelas dominicales, predicadores al aire libre y amigos que asistían a las reuniones de oración los lunes por la noche en el Tabernáculo. Finalmente, los últimos cinco capítulos consisten de una serie de sermones en los que Spurgeon recomienda encarecidamente, a todos los creyentes en el Señor Jesucristo, la obra de ganar almas.